¿Hasta qué punto los modelos que usamos para entendernos acaban por limitarnos? En este artículo exploro cómo las etiquetas, por útiles que parezcan, pueden actuar como jaulas invisibles en nuestras organizaciones. Una invitación a cuestionar lo que nombramos, cómo lo hacemos… y a abrir espacio para lo que aún no está dicho.
Tras el debate en el openspace de la TRG23, donde la frase “Esto no es tu problema” generó interesantes conversaciones, en este artículo profundizo y amplío mis ideas sobre la complejidad organizacional, orientadas a forjar culturas laborales más ágiles e inclusivas.
Con este artículo pretendo explicar cómo puede crecer una organización desde un único equipo ágil que construye un único producto hasta una configuración donde tenemos a muchos equipos construyendo varios productos y colaborando entre ellos.
Hace unas semanas pregunté en Twitter sobre si delegar se basa en “confiar con método” o en “desconfiar con método”? Para tu comodidad, voy a reproducir íntegramente el contenido de aquel hilo, en un formato algo más legible, y al final haré una consideración más, porque creo que el hilo deriva excesivamente hacia el concepto de la delegación, que no era el punto central de mi discurso.
Dediqué el artículo anterior a la primera parte del libro “This is Lean”, que habla principalmente de la paradoja de la eficiencia. Esta entrada la dedicaré al resto del libro, que justamente se centra en explicar qué es Lean.
La semana pasada, tras acabar la lectura de “This is Lean”, hice una encuesta en Twitter y el resultado no fue del todo concluyente. Así que he decidido utilizar el libro como excusa y hablar de algunos temas relacionados con la eficiencia.
Hago una pausa en la serie “las conversaciones durante el desarrollo de software” para compartir mis reflexiones sobre la conferencia Agile-Spain de este año, #CAS2017.
Mi compañero @AgileGibbo, inglés, me alertó de que podría estar hiriendo la sensibilidad de muchos compatriotas al usar la imagen que ilustra mi anterior artículo “El jefe de proyecto ha muerto”. Esta conversación, sin embargo, me inspiró una reflexión sobre las diferencias en entornos multiculturales y en especial sobre las diferencias culturales que se dan durante la introducción de Agile en una organización.
