“Para la producción, de modo que la producción nunca tenga que parar”. Dicen que en las fábricas de Toyota se emplea este proverbio para explicar que es mejor detener una linea de producción al encontrar un pequeño defecto para impedir la aparición de un defecto verdaderamente grave que pueda provocar la detención inesperada de la producción. A esta práctica se la conoce como “STOP THE LINE” y está basada en el principio del Jidoka, fundamental en los métodos de producción ajustada (o Lean Manufacturing).
El origen del Jidoka se remonta a 1896, cuando Sakichi Toyoda (fundador de Toyota) patentó un sencillo dispositivo que podía detener la lanzadera de un telar automatizado si el hilo se rompía. Esto no sólo impedía que la máquina continuara trabajando creando defectos sino que además alertaba al operario del problema, lo que implicaba que un único operario podía encargarse de varios telares en vez de estar pendiente de uno sólo por si acaso algo iba mal. A este principio también se le conoce como Autonomatización o Automatización “con un toque humano”.
Para los sistemas JIT (Just-in-Time) es esencial producir sin defectos (“Tolerancia cero a errores”) o de lo contrario estos defectos pueden detener el proceso de producción o afectar al flujo ordenado de trabajo. De ahí que TaiiChi Ohno incluyera el Jidoka como uno de los pilares fundamentales del Lean Manufacturing.
STOP THE LINE consiste en:
- Detectar la anormalidad.
- Parar.
- Arreglar o corregir la condición anormal.
- Inspeccionar para encontrar la causa raíz e instalar contramedidas.
Por ello, cuando un operario detecta un defecto, pulsa el botón de detención de la máquina de la que es responsable, pudiendo incluso obligar a la detención de la linea de producción completa. Es, por tanto, una decisión de diseño del proceso. La parada obliga a prestar atención inmediata al problema. La mejora continua consiste en localizar y eliminar las causas a estos problemas de manera que no surjan de nuevo.
La parada provoca que se ralentice la producción, pero esto ayuda a:
- que el error no vuelva a aparecer,
- incrementar la calidad de la producción,
- reducir los desperdicios (tiempo, materiales, etc),
- incrementar la producción,
- asegurar las entregas a tiempo,
- propagar las buenas prácticas.
Este principio no está limitado sólo a los procesos industriales de manufactura pues tiene más que ver con crear calidad desde dentro de un proceso en vez de inspeccionar al final del mismo. Ya lo dice el refrán: “Prevenir antes que curar”. Igual no has caído aún, pero si desarrollas software y además lo haces en un equipo, lo normal será que apliques este principio muy a menudo: la integración continua.
Yo, además, a todos los equipos que acompaño implementando el método Kanban les insisto en aplicar “STOP THE LINE”. Típicamente, cuando el ingeniero de QA detecta un defecto avisa a sus compañeros desarrolladores para que lo resuelvan inmediatamente. Y dirás, éso es una interrupción y las interrupciones son desperdicio, pero ésta es una buena interrupción pues evitará que un defecto llegue hasta la siguiente etapa. Por tanto, no creamos un ticket nuevo por cada defecto encontrado para que, en algún momento, un desarrollador lo tome y lo resuelva, ni tampoco mandamos el ticket hacia atrás, sino que detenemos la linea de producción, resolvemos el defecto y nos preguntamos por qué ha sucedido. Bueno, para ser sincero, esta última parte, la de la inspección, es la que peor se nos da a todos. La falta de holgura suele jugar en nuestra contra. Ya sé que es una excusa, otro día hablaré del miedo.