Filosofía Agile

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La semana pasada, recién terminada la CAS2016, se me ocurrió un tweet mientras paseaba. Con él pretendía quejarme del uso superficial de la expresión “filosofía Agile”. Las reacciones me hicieron pensar que no se entendió mi intención al publicarlo. Voy a tratar de elaborar en algo más de 140 caracteres lo que quería decir.

Para empezar, en realidad debería haber dicho “filosofía (de lo que sea)” pues lo que me molesta es el uso en general de este tipo de expresiones: “la filosofía de juego de un equipo de fútbol”, “la filosofía de una marca o producto” o, por supuesto, el conjunto de “la filosofía Agile”, “la filosofía Lean”, “la filosofía Kanban”, etc. He llegado a leer “la filosofía ITIL“. Digo que me molestan porque, como se puede observar en los enlaces, el uso que se suele hacer es bastante superficial y poco o nada relacionado con la primera acepción que encontramos en la RAE del término filosofía.

1. f. Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano.

La etimología de la palabra Filosofía es “amor por la sabiduría”. Cuando leo este tipo de expresiones “la filosofía de” lo suelen hacer desde un plano muy superficial, a veces tanto que me irrita. Como citó @david_bonilla en la #bonilista de la semana pasada: “Someone’s wrong on the internet!” [Sí, éste es el enlace perdido]

Sin embargo, como bien apuntaba @frapen en este otro tweet, no tuve en cuenta el resto de acepciones.

Para colmo, en mi conversación con @CarlosTheSailor creo que no fui suficientemente claro respecto a lo que quería decir. Mi frase resultaba algo ambigua y dejaba entender, equivocadamente, que para mí el agilismo es un conjunto de creencias, es decir, algo más cercano a una religión (sistema de creencias) que a una filosofía (sistema de razonamientos). Nada más lejos de lo que pretendia transmitir.

Cuando escribía mi propia descripción como ponente para la Conferencia Agile-Spain 2016, recordé un viejo debate en el que yo defendía el uso del término agilismo de manera diferenciada de agilidad (el beneficio obtenido al aplicar estos métodos) o metodologías ágiles (la categoría de engloba a dichos métodos). Prefiero usar agilismo porque este término me ayuda a conectar con la necesidad de poner más foco en los valores y principios que en las prácticas, lo cuál creo que es bueno porque necesariamente nos lleva a reflexionar sobre los porqués de lo que hacemos, a tomar conciencia de lo transformador de lo que hacemos y nos habilita para encontrar similitudes con otros colectivos que comparten la misma filosofía, entendida como “manera de pensar o ver las cosas”.

No pretendo, pues, asimilar el agilismo a un movimiento religioso (basado en conjunto de creencias y rituales) sino verlo como un movimiento cultural que promueve la mejora continua desde una visión sistémica. Lo sé, no es éso lo que dice el Manifiesto Ágil, pero quedarse mirando al manifiesto sería como quedarse mirando a “las tablas de la ley traídas a los hombres por Moisés” y aceptarlas como reglas buenas e inmutables. Creo que ya ha quedado claro que rechazo ese tipo de “cargo cult Agile”, dogmático o incluso religioso. Defiendo, pues, el uso de un pensamiento crítico para cuestionar nuestras propias creencias.

Por tanto, es evidente que debo retractarme de mi tweet pues resultaba incompleto, y también de las explicaciones pues resultaron ambiguas. Me dejé llevar. Lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir.

No borraré el tweet, pero voy a hacer como si nada hubiera sucedido y elaborar desde el principio lo que quería decir. Recuerda: “Todo ha sido producto de tu imaginación”. 🙂

Estoy plenamente convencido desde hace años de que a mayor diversidad de perfiles en nuestros equipos de trabajo, mayor capacidad tendremos justamente para cuestionar nuestras creencias y, de esta manera, encontrar mejores soluciones a los problemas complejos a los que nos solemos enfrentar. Prueba de ello es la experiencia @reeeLab, de la que @MaicaTrinidad y yo mismo hablamos en nuestra charla “Una antropóloga en Marte” en CAS2013.

Y de entre todas las disciplinas “de humanidades” estoy fascinado por la Filosofía. En particular estoy convencido de que necesitamos incorporar desde la lógica hasta la ética, pasando por conceptos quizás más modernos como la filosofía de la información. Veo la Filosofía como una disciplina que nos puede ayudar a estar mejor preparados a entender los sistemas en los que trabajamos y, en consecuencia, a la hora de tomar decisiones. Muchos conceptos como la lógica o la cibernética (aún conservo una biografía de Wiener, al que por alguna hispánica razón le retiran la cualidad de filósofo en la entrada de Wikipedia en español) ya están incorporados en nuestro ADN de desarrolladores de software, sin embargo, el pragmatismo de nuestro perfil de ingenieros nos ha hecho olvidarnos de los orígenes de nuestra disciplina: el pensamiento, el amor por el saber. Propongo recuperarlos. Por supuesto, si te apetece debatir sobre ello, los comentarios están ahí abajo. 🙂

P.S. La semana pasada estuve en la CAS2016. Debo empezar a escribir mi propio resumen, pero necesitaba antes quitarme esta espinita. Sirva de avance que este año disfruté mucho de Vitoria e incluso de la Conferencia. Ahí lo dejo.