Buff, el segundo día ha empezado cargado de tensión. La jefa ha llegado de Milán con muchas noticias. Algunas son buenas, como que el cliente, que anda algo más que mosqueado con la falta de calidad de lo que se le está entregando, ha aceptado postergar algo más de una semana una puesta en producción que estaba prevista para dentro de dos.
También ha traído una lista de cambios. Si yo fuera un güaterfolista, estaría como ella, fastidiado porque “he tenido que ceder”. Pero como soy un agilista, estoy igual o incluso contento. El cliente ha pedido que se resuelvan defectos graves que incluso están en producción. Ya sé… eso no es para estar contento… claro. Pero el cliente, sin saberlo, está ayudando al equipo a enfocarse. Está haciendo mi trabajo. Un trabajo que, lógicamente, como llevo apenas dos días, no puedo hacer porque no tengo apenas criterio.
Me he traído a casa dos o tres documentos con incidencias, peticiones de cambio y listas de los Reyes Magos, que me van a permitir llevar mañana un medio backlog. Tengo mucho trabajo. Buenas noches. 🙂
Quiero plantear desde ya que los lunes vamos a hacer un pase a producción y todos los días al entorno de demo. El cliente está muy mosqueado. Y el cliente del cliente ni te cuento. Así que cuanto antes vean que las cosas se mueven, mejor.
Idem para el equipo. Quiero que vean avance desde YA. El mayor inconveniente es que tengo dos equipos en uno. Un equipo para el front-end y otro para el back-end. Ya he vivido esto, pero nunca en estas condiciones de falta de comunicación. El equipo del front-end (javeros), está fastidiado porque es el que se lleva las bofetadas: es lo que está más cerca del cliente. El equipo del back-end tiene un líder técnico muy fuerte, que actúa como cuello de botella en muchas tareas y que, para colmo, me parece reacio a aceptar cambios. Me estoy pensando muy seriamente si hacer scrum con todo el equipo: back-end y front-end. Lo más seguro es que haga scrum con el equipo de desarrollo del front-end y trate al equipo del back-end separadamente (sin scrum formalmente, sino “sufriendo” que “los javeros” van a ser más exigentes en cuanto a tiempos de respuesta e interacción de lo que han sido hasta ahora).
Por cierto, hoy he charlado con Nacho González, el CTO de Kotasoft, y me ha comentado que un tal Joaquín Engelmo se unía al barco en Cáceres. ¿De qué me sonará ese nombre? 😉
Me voy a tomar algo calentito para cuidar la garganta. No sé qué tienen los que diseñan los espacios de trabajo para desarrolladores que los hacen siempre tan insalubres: sin ventilación, sin espacio físico -es difícil trabajar en pareja sin molestar a tu vecino-, un calor sofocante, pésima iluminación… 🙁
Bueno, que no me quiero autodesmoralizar. 😀