Último día en Islandia. Lo hemos pasado en Reykjavik porque así lo teníamos previsto y, sobre todo, porque una galerna ha recorrido la isla con vientos tan fuertes y peligrosos que han obligado a cerrar multitud de carreteras. La recomendación oficial era no salir de Reykjavik para nada y dedicar la jornada a piscinas y museos.
All roads in and out of Reykjavík are now Closed! No #Travel #Weather! Go swimming or museums. #Safetravel #Iceland #Storm pic.twitter.com/9qi1h54unN
— Safetravel.is (@SafeinIceland) February 24, 2017
Lo cierto es que hemos tenido muchísima suerte en todo el viaje. Hemos conseguido un objetivo bastante complicado para estas fechas; hemos rodeado la isla por la carretera 1, conocida como “Ring Road”. La climatología nos ha acompañado todo el camino, no sólo permitiéndonos rodear la isla en menos de una semana en pleno mes de febrero, sino que además hemos podido ver auroras boreales dos de las siete noches que hemos pasado aquí. Si la tormenta de hoy nos hubiera pillado en medio de nuestro viaje, habríamos tenido que cambiar muchos planes, con el consiguiente coste. Así que podemos darnos con un canto en los dientes.
Mañana por la mañana volaremos de vuelta a España. Ha sido una gran experiencia y debo agradecérselo a mis dos compañeros. Ellos han hecho el trabajo duro de decidir todos los destinos y de convertir estas vacaciones en un recuerdo indeleble para mí.
LA FOTO: Con mis compañeros de viaje, Jose y Roberto, con una aurora boreal al fondo. No es ningún fotomontaje: nos mantuvimos inmóviles durante 5 segundos para conseguir ese efecto. 🙂