Vale, de acuerdo, yo también entro al trapo. El inefable Enrique Dans ha publicado un artículo titulado “El programador perdido” que ha provocado un gran revuelo entre los compañeros de profesión; y el awesómico David Bonilla le ha respondido con su habitual sinceridad, precisión y contundencia primero en la lista de correo para suscriptores (la Bonilista) y luego en abierto en su blog. Me he leido los (hasta el momento) algo más de 100 comentarios en el blog de Enrique, muchos comentarios en mi timeline de twitter referidos a la #bonilista e incluso los que se han aportado en el blog de David. He tratado de compilar algunas de las contribuciones que me han parecido más interesantes (para mi) en un Storify que me he currado. Pero no voy a hacer un análisis de todo lo que se ha dicho, aunque es más que evidente que la mayoría hablamos sin datos y, por tanto, nos manejamos demasiado en el terreno de las opiniones, las suposiciones y las posiciones prefijadas. Y a riesgo de entrar en ese terreno pantanoso, me gustaría aportar mi punto de vista a la discusión porque tengo la sensación de que nos estamos quedando en el umbral y no nos atrevemos a dar el pasito que nos falta.
El programador buscado
Tanto Enrique como David resaltan un hecho incuestionable: los empresarios (ya sean startups o negocios establecidos) tienen problemas para reclutar programadores. Pero, ¿por qué tienen esos problemas?
@edans afirma:
En España, las personas de verdad capaces de convertirse en el alma de un proyecto y transformar su esencia e ideas en código, esos participantes esenciales a los que se entregan acciones para asegurar que permanecen en él, prácticamente no existen. Pero no, no es porque se les pague poco: es que no se encuentran ni debajo de las piedras. El concepto y consideración social del programador como tal es sencillamente erróneo.
David le replicaba resaltando la falta de preparación de muchos directivos y la baja competitividad de los sueldos.
Bien, lo que define Enrique no es simplemente alguien que ejecute su trabajo con eficacia sino también alguien con una actitud emprendedora. ¿Debe todo programador ser emprendedor? ¿Cómo son los programadores en otras partes del planeta? ¿Son emprendedores? ¿En qué proporción? Una vez más… me temo que no hay datos como para mantener una discusión objetiva.
Pero no quiero discutir sobre eso porque estoy MUY de acuerdo con la afirmación de Bernardo Hernández de que en España necesitamos dejar de producir profesiones del pasado y empezar a formar en las profesiones que la realidad económica reclama para competir a nivel global. Os enlazo la entrevista que le hizo Ana Pastor en TVE porque merece mucho la pena.
Por tanto, yo parto de la base de que tanto Enrique, como David, como muchos otros que se me acercan en algunos eventos o por correo buscando un socio tecnológico para su startup o un programador para ayudarle a hacer realidad su idea de negocio, están buscando a ese tipo de profesional con aptitudes para construir un buen software, pero también una persona con una actitud emprendedora y sin mucho apego a la comodidad de un puesto “estable” (sea eso lo que sea).
Cuevas de programadores
Bien, definido entonces lo que buscamos podemos pasar a hablar de dónde encontrarlo. Que creo que es la segunda parte de la queja de Enrique en su artículo. En el Storify he incluido algunos enlaces que me pillaban cerca, pero ni mucho menos son todos los que podrían.
Supongo que Enrique ya ha descartado la manera más obvia de reclutar a programadores: buscar una empresa con un producto exitoso y bien construido y fichar a sus programadores. Esto siempre ha funcionado… aunque sea algo caro de entrada. 🙂
Pero vamos, Enrique, lo siento, ¿dónde buscas que no encuentras? Yo, a poco que me despiste, estoy rodeado de más TALENTO que en toda Indra junta (por poner un ejemplo cualquiera). Pero, ¡ojo!, talento con mayúsculas, no ese de cartón-piedra que hay ahora en todos los powerpoints de emprendedores. ¿Y dónde están? Pues fácil. Los programadores, hoy por hoy, están con otros programadores, hablando de cosas de programadores. A veces un poco dispersos, porque estoy seguro de que cuando Enrique define su programador ideal mete en el mismo saco a gente que nosotros podríamos matizar: expertos en UX, programadores de front-end, programadores de back-end… y eso sin entrar a hablar de la tecnología tal o cuál. Pero si estás atento, hay muchos eventos donde coinciden profesionales que saltan estos silos (“silo jumpers”) y que te pueden ayudar a encontrar a tu programador buscado.
Por ejemplo, para mi el evento más relevante es BetaBeers. Un evento muy orientado a startups y donde se congregan emprendedores técnicos y emprendedores no-técnicos. Como éste también puedes encontrar el Agile Entrepreneurship Spain, aunque de momento vienen pocos programadores. Seguro que Mario te puede explicar bien de qué va. Y si tienes la oportunidad de pasarte por uno de los encuentros del Cachirulo Valley en Zaragoza o el Cylicon Valley en Valladolid, no dejes de ir porque conocerás a muchos buenos programadores. Unos muy buenos programadores hicieron esto GRATIS para colaborar con sus amigos. Porque una clave importante para encontrar a otros programadores es la reputación.
Otra pista: eventos anuales como Codemotion (más de 1000 programadores, salas repletas de ellos, que emplean un fin de semana de su vida en atravesar media España para aprender más y ser mejor programador), los eventos de Agile-Spain, los de JavaHispano (que ya no sólo hablan de Java), Greach, la reciente UXSpain, eventos de menor audiencia pero más cercanos como el reciente BilboStack (por poner un ejemplo cercano en el tiempo) o reuniones mucho más de comunidad como los que hacemos los grupos locales de Agile-Spain en toda España, MadridJS (que por cierto están organizando una a nivel internacional), madrid.rb, los Merendojos y Katayunos que organizan por el norte, los codingdojos que se organizan por Barcelona, Valencia, Madrid, etc, etc, etc.
También tienes eventos en formato iWeeekend: un fin de semana donde se juntan emprendedores técnicos y no-técnicos para innovar y ayudarse mutuamente a darle forma a ideas que de otra manera se quedarían en un cajón junto a los pañuelos.
Vale, no todos los programadores que están en un evento de estos es “el programador buscado”, pero desde luego que tienes más posibilidades de encontrarlo ahí que en Infojobs (estadísticamente hablando).
Curioso que no haya hablado de las Universidades. Pero, honestamente, no te lo recomiendo. Y es una GRAN PENA, pero es otro problema que podremos arreglar en otro post. 🙂
Y finalmente, no te olvides de las empresas. Hay programadores muy buenos que no quieren trabajar para otros sino que se hacen freelance o se organizan en forma de empresas para hacer lo que les gusta: programar. Ahí también te puedo presentar a muchos: beCode, path11, 1uptalent, Gailen, LinkingPaths, Plain Concepts, Autentia… Estos programan para otros, y son (somos) una muy buena opción para esos que buscan un socio tecnológico pero apenas tienen para pagarle un par de meses de sueldo y una promesa de éxito sin fundamento (de eso ya te ha hablado Bonilla).
Así que si quieres, dímelo y te los presento: uno a uno o todos a la vez. 😉
Mi propuesta
Enrique, David, os propongo que juntemos a todos los buenos programadores que podamos y a todos los empresarios (de startup o no) que podamos y les demos tiempo para hablar entre ellos. Os propongo organizar un gran openspace donde podamos enriquecernos todos con las discusiones bien argumentadas y alejadas de dogmatismos que se producen cuando las personas se conocen y se hablan cara a cara. Me gustaría poder buscar salidas a los problemas que plantean gente como PeteteMundial en los comentarios del blog de Enrique (y también en el de David) y creo que esto ayudaría a conseguirlo.
Porque lo que pretendo es que resolvamos de una vez por todas esa brecha que tenemos entre programadores y el resto del mundo porque no es más que la manifestación de nuestro complejo de inferioridad. Nos creemos menos que otros (por las razones que sean) y por eso reaccionamos como si nos agredieran o, peor aún, como si el mundo nos debiera algo. Es una reacción natural, pero no es inteligente, porque al hacerlo nosotros mismos nos estamos separando de la solución al problema. Tenemos la obligación de acercarnos al resto del negocio del desarrollo del software. Tenemos la obligación de dar un paso adelante y ofrecernos como parte de la solución. No estoy diciendo que bajemos los precios de lo que hacemos, no estoy hablando de dinero (aunque forma parte del problema) sino de actitud. Tenemos que salir de los cubículos y relacionarnos con el resto de los implicados en el negocio del desarrollo del software. Y así, todos juntos, podremos ayudarnos a hacer que las cosas ocurran, demostrarnos a nosotros mismos que somos mejores de lo que pensabamos y tirar definitivamente ese complejo de inferioridad al cubo de la basura.
Pensad en lo que os propongo y decidme si os apetece intentarlo.
ACTUALIZACIÓN: Repasando mis notas me doy cuenta de que se me había olvidado citar una de las fuentes más valiosas para encontrar buenos programadores: Masterbranch, que curiosamente está creada por programadores españoles.