Bueno, ya está, ya he saltado. Ya he cumplido mis dos primeras iteraciones de jmbeas.es. Ahora ya estoy en el aire… y aún no veo el suelo. Eso (supongo) es bueno. Pero sé que no está muy lejos. Debo moverme muy rápido porque lo verdaderamente importante ahora mismo es conseguir mi primer cliente. Sin clientes no hay ingresos y sin ingresos… no hay diversión. 🙂
Primera iteración
La primera versión de la web era bastante-bastante fea. Bueno, las he visto peores, pero como me decía alguien que sabe de esto: “se nota que has intentado diseñar pero que no sabes”. Pero, ojo, no me arrepiento para nada. El objetivo de la primera iteración era tener cuanto antes una versión mínima pero viable del producto: en este caso, mi oferta de servicios. De esta manera he podido pedir feedback muy pronto. Ese feedback, que ha sido EXTRAORDINARIO por cierto, me ha permitido confirmar algunas sospechas (como la de que esto del diseño web no es lo mío) y aprender otras muchas.
En lo estrictamente técnico, Jerónimo me salvo la vida al presentarme un framework CSS para construir páginas que encajen en la rejilla 960 (ver http://960.gs). Oye, mano de santo. También he podido aprender bastante sobre Git. En la primera versión trabajaba en local y desplegaba en el servidor del hosting haciendo push al repositorio remoto. Tengo que seguir explorando eso porque es muy interesante y tiene mucho potencial para otras cosas que tengo en mente.
Enrique Comba me recomendó poner el botón de “Feedback” que aparece en el lateral. Excelente recomendación porque fue ponerlo y empezar a recibir comentarios (además de los que ya estaba recibiendo por twitter y por correo).
Otro objetivo que tenía era usar una marca. Pero perdí demasiado tiempo en ello. No me terminaba de convencer el hecho de que estaba eligiendo un nombre para la marca basado en una metáfora meramente coyuntural, la que he elegido para arrancar mi campaña de marketing. Esto me estaba bloqueando e impidiendo liberar la primera versión. Así que salí con mi propio nombre. Eso no descarta que el objetivo de crear una marca no siga en el backlog. Algún día, con menos urgencia, lo haré. (Espero) 😉
Segunda iteración
Para la segunda iteración empleé mucho de lo aprendido a partir de los comentarios recibidos. Algunos los recibí por twitter, por correo, por gtalk o por Feedback, todos de manera espontánea, pero también pedí explícitamente su opinión a gente que valoro mucho.
En cuanto a las decisiones de marketing online, por ejemplo, Abel me recomendó que me dejara de hacer lo que no sé y que montara un WordPress y comprara un tema bonito y cuidado en Theme Forest. Me costó decidirme mucho. 35 dólares es mucho dinero. 🙂 Bueno, en realidad es que no quería emplear demasiado esfuerzo en hacer encajar luego mis mensajes en las plantillas. Creo que he acertado porque los comentarios que he visto hoy por twitter eran muy buenos, así que doy por bien empleados los 35 dólares.
También sé (por el feedback recibido) que debo concretar más mi oferta. Tampoco quería simplemente poner mi CV o un catálogo de lo que soy capaz de hacer. Creo que puedo hacerlo mejor que eso, que sería lo fácil. Enrique me machaca siempre con el por qué hacemos las cosas. Y tanto es así que anoche, mientras estaba buscando rellenar un hueco en una de las muchas pruebas que hice… apareció mágicamente el porqué. ¿Por qué hago lo que hago? Porque me gusta mejorar lo que está a mi alrededor. En particular, me gano la vida haciendo que los proyectos (de software) en los que participo mejoren, unas veces en el código, otras veces en los procesos, otras veces en la comunicación entre los miembros del equipo,… en fin, no es tan importante de qué manera concreta consigo mi objetivo, lo importante es que eso es lo que me hace feliz y, de paso, hace feliz a los que me rodean (en el trabajo). Por ejemplo, estoy muy orgulloso de que, tras 6 meses en el proyecto del que acabo de salir, Victor (uno de los programadores que estaba a punto de marcharse del proyecto cuando llegué) ha dicho hoy en twitter que igual intentan hacer Scrumban. No importa si luego lo consiguen o no, lo verdaderamente relevante es que llegué a un proyecto desmoralizado y dejo otro con ganas de mejorar continuamente. Han perdido el miedo a tomar decisiones y equivocarse y están orgullosos de su profesión. Y eso es muy gratificante (para todos, incluido el cliente).
Otra cosa por la que estoy muy contento es porque, como puntualizaba Angel Bastanchuri, me ha salido un sitio muy optimista. Hasta la foto que elegí de entre el magnífico catálogo de Xavier Quesada es una foto en positivo. Estoy contento, muerto de miedo pero contento, y me gusta que eso se transmita en mi nueva etapa profesional.
Tercera iteración
Bueno, ahora toca encontrar clientes y seguir ampliando la web, pero mientras tanto también tengo que sacar tiempo para empaparme de varias APIs para el Desafío Abredatos 2011, porque participo junto a dos monstruos: Marcin Gryszko “el polaco incansable” y Enrique Amodeo “el maestro de Camas”. Sólo estar con ellos ya mercerá la pena, pero si encima les puedo mantener despiertos, mejor aún. 🙂