@jmbeas" src="http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/a/a8/Deconstructing_harry.jpg" alt="" width="175" height="270" />Anoche dejé el portátil en BeCode, de modo que hoy escribo con algo de retraso. Sin embargo, una de mis tareas diarias en esta #BeCodeWeek es justamente ésta, así que es la primera en mi lista de cosas a hacer.
La mañana de ayer fue un tanto frustrante porque no conseguí apenas ningún éxito. Con el primer pomodoro dejamos limpio el trabajo del martes. Nos quedó bastante bien porque renombramos objetos y simplificamos tests que habían quedado francamente mal. Dejamos para el siguiente pomodoro las pruebas de integración, que se nos habían atragantado hasta que comprendimos que necesitabamos una fixture algo más elaborada que un simple ficherito en el sistema de archivos local. En el siguiente pomodoro nos separamos y mientras Miguel Ángel y Salva (el cliente) avanzaban con la fixture usando Sinatra para servir un simple JSON y así desatascaron los tests de integración. Yo, mientras, me encargué de ver cómo escribir los tests para meterlos en Integración Continua. Pero me atasqué en un “require” (no era capaz de incluir mi propio código y siempre obtenía un “no such file to load”). Nada, cosas del path, que debía poner un “dot-slash” antes. Hasta que Xavi no nos impuso sus manos no fuimos capaces de salir de aquí. (Tengo que decirlo porque, si no, su ego no quedará satisfecho) 😛
Pero el poder mágico del “fantasma gordito” no fue suficiente para que nos dieramos cuenta tarde de que lo que yo estaba haciendo no era realmente necesario para lo que necesitaba Miguel Angel. Afortunadamente, para él, Xavi y yo comenzamos a trabajar sobre la codekata que queremos presentar para la XGN. Abel nos sugirió una muy interesante, pero yo ya traía algo en la cabeza y Xavi lo tomó para refrasearlo y usar otra metáfora mucho más atractiva. Tenemos que trabajarla aún bastante y espero que os guste. Mañana viernes presentaremos esta nueva kata en un coding dojo privado. Como las grandes superproducciones de Hollywood. 😀
A mitad de la tarde recibimos la visita de unos chavales que traían bajo el brazo algo más que una idea brillante para una “startup”. Para que os hagáis una idea, ya han conseguido una oferta de financiación de uno de los “business angels” más conocidos en España: Rodolfo Carpintier. Pero BeCode no es una incubadora “normal” sino una incubadora punk, de modo que Xavi, además de deslumbrarlos multiplicando por diez la idea que ellos traían les terminó diciendo: “Si quereis venís y estáis por aquí: eso es gratis”. Más tarde, tomando unas cervezas, me explicaba:
“Queremos trabajar con gente a la que le gustamos. Porque somos feos, sucios, ruidosos… Es la manera de apartar a los tontos de tu puerta”
Como un directivo punk, Xavi dejó la reunión en manos de uno de sus socios, Luis, y subió a entrevistarse con un nuevo colaborador, Moi, un diseñador al que había estudiado perfectamente. Fue superdirecto. Le explicó lo que esperaba de él y lo que BeCode le podía ofrecer. Está claro: si tratas a alguien como a un profesional, te ganas su respeto y recibes lo mismo a cambio.
Tras cerrar el taller y tomarnos unas cervecitas con Moi, Xavi y yo nos fuimos a cenar juntos. Mientras lo hacíamos, Xavi hizo las veces de un Ferrán Adrià de personas y me deconstruyó totalmente. Con la honestidad que le caracteriza, y que es la clave de nuestra amistad, Xavi dibujó con la precisión de un cirujano cuáles eran mis fortalezas y mis debilidades y puso sobre la mesa dónde tengo oportunidades de éxito para mi salto al vacío. Y, por supuesto, me advirtió también sobre mis amenazas. Él me conoce bien y sabe que la mayoría son parte de mis resistencias. De modo éste va a ser uno de los terrenos donde más voy a tener que trabajar.
Tras cenar paseamos bajo la noche cubierta de azahar mientras charlabamos sobre nuestras vidas. Esto sería muy romántico si no fuera por las barbas que gasta el amigo. 🙂 Lo que sí que está claro es que Valencia es una ciudad muy vivible y que el objetivo de Xavi de convertirla en el Silicon Valley de Europa no es ninguna tontería. Un coste de la vida mucho más bajo que en otras grandes ciudades y una calidad de vida difícilmente superable necesita de muy poco más para que cualquier emprendedor prefiera hacer realidad su proyecto en Valencia en vez de en Madrid o Barcelona.
Después de una clase teórica de grafiteo, en el que Xavi es todo un experto, llegué a casa de los Fernández-López con muchos deberes. Tengo que trabajar mi marca personal, definir mi producto y posicionarlo en el mercado: hacerlo visible y distinguirlo de lo que no es mi producto. Por suerte, todo ello depende de mí.