Cuidado, soy un tipo peligroso

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Mientras estoy terminando el artículo sobre Scrum que dentro de un ratito publicaré, me he topado, gracias a un amigo en twitter, con este otro artículo que, por una parte me ha parecido muy acertado, sobre todo recordando que los métodos ágiles no son balas de plata, es decir, que no siempre son la mejor solución. Pero por otra parte me ha hecho plantearme si es correcta la imagen que transmito de mí mismo al declararme “evangelizador agilista” (“agile evangelist” si echáis un vistazo a mi perfil en LinkedIn).

Después de pensarlo bien y echar mano de mi ejemplar de “Fearless Change”, he llegado a la conclusión de que sí, de que es correcta. Es más, es la que quiero tener en este momento. Porque tengo una pasión y me gustaría poder transmitirla. Esta pasión es el desarrollo de software.

He descubierto que hay formas mejores de desarrollar software y me gustaría que fueran las que se usaran mayoritariamente en las empresas de desarrollo de software de nuestro país. No quiero parecer un “talibán”, alguien que dogmáticamente, sin reflexión alguna, trata de imponer su criterio a todos los demás. Por eso no me autodenomino “Emperador de lo ágil” ni nada por el estilo. Y es que no creo que tener una pasión sea malo, ni tratar de que los demás compartan tu pasión (sin imponerla ni ponerse muy “pesao”) sea malo. Así que creo que, aunque es cierto que hay que empezar a tener cuidado con los que recién llegan a aprovecharse de la marca “agile” y de los que quizás han creado marcas a partir de estos conceptos para “monetizarlos”, también creo que no debemos descartar directamente a aquellos que te tratan de mostrar su pasión simplemente porque se ha convertido en una “buzzword”.

Bueno, lo dejo que no me quiero poner “pesao”. 🙂

[La foto es una obra de Warhol que está expuesta en el MOMA de Nueva York y que representa una infinidad de latas de sopa de una misma marca, con lo que no es fácil distinguir una sopa de otra. ¿Moraleja o simplemente arte?]